lunes, 1 de octubre de 2012

Capítulo 33: Historia de un bailarín

Ginyu nació en el planeta que acabaría convirtiéndose en el Planeta Freezer nº 18. De pequeño había sufrido las constantes burlas de sus compañeros de clase. Y sus padres y hermanos, por más que él trataba de explicarle lo que le hacían, simplemente no le hacían caso o se reían de él por ser tan quejica. Un día, mientras huía llorando de sus compañeros, se metió dentro de un callejón. Ahí encontró una puerta llena de luces. Entró ahí por dos razones. Una, porque quería meter la mayor distancia entre los matones y él. La otra, que las luces le hacían un efecto atrayente. Al entrar se encontró dentro de una sala de teatro. La sala tenía espació como para unas 60 personas, pero solo había una docena de personas, más de la mitad dormidas. En el escenario había diez personas bailando. Ginyu se quedó maravillado. No lo sabía, pero aquél encuentro le cambió la vida. 

- Chico, tienes que irte- dijo uno de los actores. La función ya hacía diez minutos que había terminado y todos los que habían pagado para verla se habían marchado rápidamente a su casa enfadados por haber tirado el dinero.- ¿Chico?

- Eh… Sí, lo siento, me voy- dijo Ginyu. Esa experiencia le había cambiado la vida. Esos bailes cautivadores le habían maravillado. 

A partir de ese día Ginyu iba cada tarde a ver la función. Al cabo de dos semanas se sabía completamente toda la coreografía. Sus padres ni se preguntaban dónde iba cada tarde, pero no les importaba lo más mínimo. Un día, los matones de turno entraron en el baño mientras Ginyu estaba repitiendo las posturas que había visto el día anterior. Ginyu se las ingenió para huir del colegio antes de que los otros lo atraparan. Cómo no sabía dónde ir, se dirigió hacia el teatro. Ahí se encontró que la compañía estaba en medio de un ensayo. Todos los actores se giraron hacia a él al oír cómo se abría y cerraba la puerta. 

- Yo a ti te conozco-dijo uno de ellos- tú eres el que viene cada noche, ¿no?

- Sí…-dijo Ginyu un poco avergonzado

Pero lo que Ginyu no esperaba fue lo que pasó. A partir de ese momento Ginyu formó parte de la compañía. Cada día iba ahí y los actores le enseñaban todo lo que sabían sobre su baile. Y también le enseñaron el secreto más preciado de la compañía. El cambio de cuerpo. La leyenda contaba que hacía siglos algunos los habitantes del planeta poseían esa habilidad. Pero desde que la actual familia real ganó el poder y prohibió tal técnica todos los que la poseían fueron perseguidos y eliminados. Pero algunos de ellos siguieron con vida. Dentro de estos había dos grupos, los que aceptaron la norma y no enseñaron la técnica a sus descendientes o la practicaban en secreto. Ginyu y su familia eran descendientes del primer grupo, aunque ellos no lo sabían. Un día, Ginyu se dirigía hacía el teatro cuando se encontró la entrada bloqueada por unos policías. Ginyu se dirigió hacía la entrada trasera y entró en el teatro. Al llegar al escenario se encontró con todos sus amigos estirados en el suelo, gravemente heridos. 

- Ginyu…-dijo uno de los moribundos.- huye… si saben que te enseñamos el cambio de cuerpo te matarán… tienes… que sobrevivir… que no pare el baile…

Desde ese momento Ginyu trabajo duro para poner fin a la monarquía. Intercambió su cuerpo con uno de los reclutas del ejército y con ese cuerpo aprendió el arte te la lucha. Un día, llegó una nave a la capital. El emperador Freezer pidió una audiencia con el rey del planeta. Ginyu era uno de los guardaespaldas del rey. La petición de Freezer era sencilla. A partir de ahora el planeta se anexionaría al grupo de planetas de Freezer y se aboliría completamente la forma de gobierno actual. El monarca rápidamente se negó y ordenó a sus guardas que eliminaran a Freezer. Freezer de un plumazo mató a todos los que dieron un paso adelante. Acto seguido decapitó al líder. Cogió una especie de cámara y la apunto en su dirección. Todas las pantallas del planeta 

- Hola a todos. Soy vuestro nuevo líder supremo Freezer. Estoy aburrido de repetir siempre lo mismo, así que iré al grano. Vuestras vidas me importan una mier**. Los más poderosos que me encuentre pasaran a formar parte de mi gran ejército. Los demás tendrán dos opciones. O se convierten en los esclavos de los compradores de este planeta o mi ejercito se encargará de eliminarles. 

El efecto fue inmediato. Mucha gente del pueblo se reunió en forma de protesta formando grandes manifestaciones. Freezer señaló hacía Ginyu y los demás miembros de la guarda del rey.

- Vosotros sois los más fuertes de por aquí. Quiero comprobar vuestra lealtad. Matadles a todos. 

- Sí señor-dijo Ginyu. Ese hombre había derrotado en un segundo a los miembros de élite de la monarquía. Los mismos que habían matado a su compañía. Se sentía en deuda con él. 

Ginyu se abalanzó a la ventana y saltó. Al cabo de cinco minutos la plaza era un mar de cadáveres. A partir de ese momento, Ginyu pasó a formar parte del ejercito de Freezer. Cada vez que iba a un planeta con seres más poderosos se intercambiaba de cuerpo con los habitantes. Así iba ascendiendo. Al cabo de unos años finalmente Freezer le permitió crear su propio grupo de élite. El único requisito que Ginyu pedía para entrar era que los integrantes supieran bailar con estilo. Y así fue la formación de las Fuerzas Especiales.

Y ahora… Ginyu estaba en sus últimas. La mitad de su cuerpo no le respondía. La técnica de Gohan le había hecho terminar el baile. Ginyu, con un último esfuerzo miró hacia arriba. “Chicos… El baile terminó…”. En el cielo se alzaba una luna llena. Puede que no fuera el fin del baile después de todo.


Capítulo 32: Esperanza

- Dejadme ir…-dijo el chico que estaba estirado en la cama.

- No puedes- dijo la mujer pelirroja- todavía no estás completo

- Pero están en peligro… Necesitan mi ayuda…

- Pero si sólo tienes el prototipo de brazo… No aguantará más que dos rayos de Ki-dijo la chica de pelo azul.

- Con eso... suficiente… Dejadme…

- Pero…


En la otra parte del mundo, una inmensa extensión de polvo inundaba el bosque. Ginyu se giró en dirección a Goten y Trunks.

- Bueno, una menos. Ahora solo quedan dos. Y ni siquiera os podéis fusionar… Que decepción, que decepción…

- Te equivocas-dijo una voz detrás suyo- ¡quedamos 4!

- ¿Cómo?- Ginyu se giró. A contra sol, que estaba a punto de ponerse, no se veían bien de quien eran. Pero una de ellas desprendía una energía enorme- quien c*** sois.

- Somos los que van a encerrarte para siempre.

- ¡Gohan!-gritó Goten.

- Oh… Por fin apareces.

Gohan apareció rápidamente junto a los chicos. En brazos llevaba a una Pan inconsciente y la dejó reposando en el suelo. Kibitoshin se teletransportó a su lado.

- Shin, cúralos. Yo me encargo de Ginyu.


Pan abrió los ojos. Una sensación reconfortante le inundaba el cuerpo. Al incorporarse descubrió que estaba recuperada de sus heridas y que estaba llena de energía. Miro a los lados. Ahí estaban Goten y Trunks, ninguno de los dos con heridas.

- ¿Qué ha pasado?¿Y Ginyu?- le preguntó a su tío y a Trunks. Pan observó a sus alrededores y entonces lo vio. Una enorme esfera de Ki se alzaba ante sus ojos. Ahí dentro había dos siluetas. Una de ellas era su padre. La otra su hermano.- ¡Papá!

- ¡No Pan- gritó Gohan. Esa técnica requería mucha concentración y energía. Su abuelo le había dejado bien claro que la más mínima variación haría fallar la técnica- si vienes la técnica fallará!

- Pepero…

- Pan, haz caso a tu padre- dijo Kibitoshin

Ginyu estaba consternado. Había alguien que había conseguido contrarrestar su técnica. Empezaba a ver su “alma” saliendo de su cuerpo. Su superhipermegaultra técnica definitiva del cambio de cuerpo. Esa técnica que le permitió ascender en el ejército de Freezer… Los tiempos en que solo era un crío inútil habían pasado… Los recuerdos de esa oscura época le abordaban la mente que se escapaba de su cuerpo…


Capítulo 31: La tierra, desprotegida

Os preguntaréis que fue de Ginyu después de desaparecer de la casa de Suno y Hatchan. El extraterrestre fue corriendo diversos quilómetros y luego encontró una cueva donde se refugió. Ahí pasó unas horas de descanso a la espera de que pudiera moverse mejor. Al cabo de unas horas notó algo extraño. Primero una energía poderosa desapareció y acto seguido tres más. No sabía dónde habían ido Gohan y los demás, pero eso le dejaba vía libre para encargarse de los demás terrícolas. De repente se dio cuenta de algo. Con esas heridas no podría luchar contra Gohan y Gotenks. No estaba al 100%. Sin necesidad de ocultar su energía se dirigió hacia la torre sagrada.

Piccolo estaba preocupado. Una energía enorme se dirigía hacia ellos. Sin Gohan ni los demás las bolas de dragón se habían quedado desprotegidas, por lo que él, Yamcha, Ten y Chaoz se habían quedado defendiéndolas. Ginyu aterrizó delante de ellos.

- Veo que os habéis quedado cortos de guerreros, ¿no?- se burló Ginyu de ellos. Ni siquiera tenían a Buu para hacerle frente. ¿Dónde estaba el chicle ese?

- Te arrepentirás de lo que le hiciste a Krilin- dijo Yamcha.

- Tranquilos chicos. Sólo quiero saber dónde se ha ido el hijito de Goku. No me diréis que ha huido de mí- dijo Ginyu- oh, veo que aquí hay un par de Namekianos. Mala suerte para ellos. Estáis en mi lista negra. 

- No podrás con nosotros- dijo Piccolo- ¡ahora!
-
Los 4 guerreros saltaron hacia el capitán. Ginyu se los quitó encima de un puñetazo a cada uno. Ten preparó un Kikoho. Ginyu saltó hacía él y le golpeó con una fuerte patada en el cuello. Ten se desplomó en el suelo, muerto. Chaoz se acercó a Ginyu dispuesto a autodestruirse cómo había hecho con Nappa. Ginyu le cogió del brazo y le lanzó hacía la Tierra. Al tocar el suelo hizo una explosión que destruyó la base de la torre de Karin, haciéndola caer sobre todo el continente. Yamcha concentró toda su energía en un potente Kamehameha. Ginyu lo desvió y le lanzó una andada de Ki. Yamcha desvió algunos de los ataques destruyendo el Palacio, pero llegó un punto en que no pudo aguantar más y se calcinó por los ataques. 

- Bueno-dijo Ginyu a Piccolo- ahora solo quedamos nosotros. Contigo me divertiré un poco más.

Desde el palacio, Dende y Popo vieron, horrorizados, como Ginyu torturaba a Piccolo arrancándole uno a uno sus brazos y piernas y esperaba cómo se regeneraban para volverlos a arrancar. Finalmente Ginyu puso la mano sobre la cara del namekiano y le lanzó un rayo de ki. Ginyu se levantó. En un segundo apareció delante de Popo y Dende. De un golpe le rompió la espalda al mayordomo y lo dejó caer a la Tierra.

- Bueno. Necesito tu ayuda. Como ves mi cuerpo no está 100% curado y tú puedes curármelo. Así que, ¿qué me dices?
- Jamás te ayudaré. 

- Lo imaginaba.- Ginyu cogió a Dende y se lo llevó volando hacía la ciudad Satán. 


En la ciudad Satán se estaba celebrando una entrevista a Satán sobre el estreno de su nueva película, “Satan y Pampuc y el ataque del monstruo maldito”. Ginyu entró en el plató por el techo. Se aseguró que había una cámara apuntándole y cogió a Satán por el cuello y se lo partió.

- Hola queridos televidentes.-dijo Ginyu- cómo veis he derrotado a vuestro “héroe”. Lo que quiero es simple. Este hombre- dijo señalando a Dende- puede darme algo que quiero, pero no me lo quiere dar. Así que cada minuto destruiré una ciudad hasta que me lo dé.

La mayoría de personas que vieron el programa se pensaron que era una broma. ¿Un niño matando a Mr Satán? Pero de repente empezaron a ver cómo el niño iba volando de ciudad en ciudad (Ginyu cogió una cámara móvil para mostrarlo) destruyéndolas. Dende observaba, incapaz de hacer nada, cómo Ginyu iba destruyendo las ciudades y cómo la gente le odiaba más. La gente de la Tierra odiaba a su Dios. Dende sabía que si curaba a Ginyu él destruiría a todas las ciudades igualmente. Lo peor era que lo hacía de forma de que todas las víctimas sufriesen antes de morir. (Destruyendo presas inundando ciudades, golpeando al suelo para hacer terremotos que hacían caer edificios, cogiendo edificios y lanzándolos desde mucha altura…). Dende tomó una decisión.

- Para- dijo Dende.

- ¿Oh, ya te has decidido?- preguntó Ginyu

- Te curaré. Pero con una condición. No harás que los habitantes de la Tierra sufran. Si los eliminas hazlo de forma rápida. 

- Veo que te preocupan tus súbditos. De acuerdo, acepto el trato.

Dende curó a Ginyu. Por lo menos sabía que Ginyu jamás cogería las bolas de dragón. Una de ellas la había guardado en la sala dónde solo los dioses pueden entrar. Lo último que vio fue cómo Ginyu le tiró al suelo y cómo Ginyu envió un rayo de Ki sobre él destruyendo todo lo que se encontraba a menos de 10 Km a la redonda. 

Ginyu, ahora con el 100% de poder siguió destruyendo ciudades, esta vez siguiendo la última petición de Dende. Excepto en la Ciudad del Oeste, dónde la incendió completamente y entró dentro de la Capsule Corporation, cogió un scouter, una armadura de sayan y a Bulma, y lanzó a esta última dentro de un volcán. Sólo le faltaba uno.