martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 18: Frío




Ginyu vio como el ataque final de Uub se acercaba hacia él. Ni siquiera él podría parar eso. No podía hacer nada...

Veil estaba furioso. Uub no era más poderoso que él, pero Ginyu todavía no manejaba su poder lo suficiente como para parar este ataque. No podía dejar que Ginyu muriese antes de luchar contra su padre. Veil decidió tomar parte de la situación. Tomó el control de su cuerpo. Era arriesgado, ya que Ginyu podría enterarse de que él seguía vivo, pero era mejor correr riesgos.

Una vez con el control de su cuerpo, Veil actuó. No podía esquivar ese ataque, por lo que decidió imitar a Uub. Lanzó su propio SuperMakankôsappô. Veil tenía la útil habilidad de copiar las técnicas de sus adversarios sólo con verlas una vez. Y esa técnica de Uub era perfecta para esa situación. El rayo chocó contra el KameHame y lo empezó a perforar, como un taladro destroza a una pelota. Veil se salvó. En ese momento descendió al suelo, se des-transformó y le devolvió el control de su cuerpo a Ginyu.

Ginyu no creía en lo que acababa de pasar. ¿Había sido él el que había destruido el ataque de Uub? Había sido cómo si alguien controlase su cuerpo en lugar de él. Pero eso era imposible, ¿no? El alma del chico ahora estaría dentro de el cuerpo de la rana. Se enfadó consigo mismo. Debería haber comprobado su antiguo cuerpo. Decidió ir al Monte Paozu y buscar a esa rana. Tenía que estar seguro de que no quedaba nadie en su nuevo cuerpo. Tenía que dejar rápido esa zona.  Empezó a correr. Empezó a notar frío. Se había quedado sin energía. Empezó a desvariar. Vio en el horizonte las luces de un poblado. Tenía llegar hacia allí. Nadie se podía resistir a un niño congelado. Llegó al poblado y llamó a la primera casa. Un hombre enorme parecido a Frankenstein abrió la puerta. Ginyu se desmayó.

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